Quizás no tuve tiempo antes de detenerme a apreciarte, a conocerte. Te pido perdón por no haber hablado antes. Aunque ya nada importa, estás finalmente frente a mí.
Llegaste justo a tiempo. Mientras hablás de cuánto ha cambiado tu vida, nos miramos a los ojos y sé que lo ves claramente. Ya no tengo nada que ocultarte, te quiero. El amor se apoderó de mí y ya no puedo hacer nada más que entregarme a él. Sos un ángel para mí.
Hoy, por primera vez, me siento lista para que lo sepas. No habrá lugar a dudas. Hoy, por fin, vas a conocer mi verdad... que sos todo lo que quiero, que te necesito, que haré lo que me pidas para hacerte feliz, que nadie va a amarte como yo. Hoy vas a descubrir a la mujer en mí.
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