Caigo lentamente. Caigo porque me estás robando la vida que debería ser mía. Si hubiera escuchado cada una de tus palabras, podría haberme salvado.
Yo hubiera estado donde vos estás. A tu lado, siempre, sin importar el lugar, sin importar las circunstancias. Mi única salida de este desastre eras vos.
Una a una, voy tomando cada pieza necesaria para comenzar este incendio, que arderá tan intensamente como el arrepentimiento que siento. Más fuerte todavía cuando recuerdo que tuve la oportunidad de corregir mi error, mi furia lo destruirá todo.
A veces deseo que hubieras intentado más, pero sé que nada que hubieras hecho entonces podría haberme hecho cambiar de opinión. Lo supe en el mismo momento que ocurrió, había elegido el camino incorrecto.
Es tarde ya, no importa lo que haga, caigo sin poder resistirlo. Te extraño. Si estuvieras acá todavía, al menos podría fingir que todo estará bien. Es hora. No puedo mirarte otra vez, si lo hago te volveré a desear, te volveré a querer, porque sos parte de mí. No puedo mirar atrás porque ya sé adónde me llevará ese camino. Solo me queda encender el fuego que consumirá todos los recuerdos y todas las posibilidades de volver a vos.
