lunes, 8 de mayo de 2017

A Quick Fix

¿Cómo arreglo esto? Ahora que sé la verdad. Ahora que sé lo que quiero. Ahora que conozco el camino... ¿Qué me queda por hacer?
No voy a rendirme, no voy a abandonarte, necesito libertad. Mi mente quiere un espacio donde terminar este pensamiento. Yo no quiero dejarte, no quiero olvidarte, pero quiero olvidar.
Tendré que buscar un remedio para aliviar este sufrimiento. Sin dejar todo atrás, tengo que encontrar la forma de volver a empezar. Necesito libertad.
¿Cómo sigo adelante cuando sé que ya no tengo nada más para darte? Todavía tenemos momentos breves de felicidad, no quiero corromperlos con rencores.
Si tuviera más tiempo podría pausar y recargar energías.
Solo me queda encontrar otra manera de avanzar. Negación. Amnesia de los dos.
Un día todo volverá a la normalidad.

viernes, 24 de marzo de 2017

Warrior

Él todavía siente algo por ella. Amor. Se siente con solo el sonido de su voz al hablarle. Suavidad, devoción.
Ella deja de escucharlo y se pregunta qué es lo que hizo que él se sintiera así. Todo terminó de la forma más horrible y, durante mucho tiempo, oyó lo que decía de ella. Frases incompletas que venían de un lugar de dolor inexplicable. ¿Cuándo ganó ese poder sobre él? Ella no quería lastimar a nadie, pero fue inevitable. Él se alejó y juró que nunca iba a volver. Sin embargo, acá están, frente a frente por primera vez.
La verdadera primera vez no pudieron mirarse a los ojos por miedo a la verdad que se ocultaba en sus miradas. Estaban los dos en el mismo lugar y en el mismo momento, pero nunca se vieron. Intercambiaron miradas fugaces que revelaron demasiado y no pudieron manejarlo. Hoy, por primera vez, se ven más allá de las palabras no dichas, del enojo y del dolor.
Años después de prometer que todo había terminado y de jurar que no había vuelta atrás, él volvió a ella y ella, sin saber muy bien por qué, le permitió quedarse. Pero estaba mal, lo supo al escuchar su voz. Él todavía la amaba. Si todo lo que pasó no pudo destruir ese amor, nada podría y ella, no podía corresponderle.
"¿Qué voy a hacer con vos?", se preguntó. Luego tomó una decisión. Él se quedaría en su vida sin importar lo que hiciese para no fuera así. Las cosas habían cambiado. Ésto fue lo que la convenció, finalmente, del progreso que había hecho y de lo fuerte que era ahora.
Ya nada podía romperla en mil pedazos, ya nada podía siquiera amenazar con hacerlo. Por primera vez, podía compartir su vida sin miedos, sin límites. Ella se había convertido en una mujer.