Hace unos años me perdí. Perdida volví a lo básico para tratar de encontrar el momento en el que todo se me había ido de las manos. Te di la espalda, pero algo cambió.
A miles de kilómetros de distancia, en la ciudad de la lluvia y los sueños, sentí ese impulso por volver a vos. Fue un sólo instante en el que pensé "¿Qué estoy haciendo?". Yo sabía lo que tenía que hacer, sabía dónde tenía que estar pero había elegido estar en otro lugar.
No sé por qué sos tan importante para mí. No puedo ignorarte. No puedo alejarme. Siempre está esa parte de mí que sabe que no hay ninguna otra cosa que quiera hacer, ningún otro lugar donde quiera estar. El resto del mundo puede ser maravilloso, pero eso no alcanza si no estás.
Ahora sé lo que es... Es miedo. Dejé parte de mi corazón en un bar al lado del río, en el teatro de los sueños, y volví a casa porque es donde debo estar. Tengo miedo de distraerme y perderme otra vez. Tengo miedo de olvidarme de los días más felices de mi vida, donde todo era claro.
Me voy a quedar cueste lo que cueste. El día que estuve esperando toda mi vida llegará pronto. Lo llevaré todo grabado en el alma. Todo es parte de mí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario