miércoles, 24 de junio de 2015

Armonía

Recuerdo un día que te sentaste en un banco de la plaza del barrio mientras buscabas unos papeles que tenías que darme. Estabas concentrado en tu búsqueda y yo me sorprendí mirándote con cierta ternura. Cómo me gustaba mirarte! Eras todo lo que nunca pensé que quería. Éramos totalmente opuestos y sin embargo, funcionábamos.
De lejos la gente debía pensar que formábamos una pareja extraña. Sé que yo lo pensaba, pero había algo tan inexplicablemente natural entre nosotros.
Quiero quedarme con esos extraños momentos de armonía y olvidar todo lo demás. Quizás vos también y por eso volviste. Aunque las cosas cambiaron, ya no somos lo que supimos ser y probablemente no volvamos a serlo. Ése es el otro milagro, algo que ambos entendemos. Nos quedamos en silencio porque sabemos que no hay nada más que decir. Un último instante de armonía que prueba que somos de verdad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario