No se trata de necesidad. No necesito tu atención. Nuestra dinámica es digna de admiración.
Por momentos siento que sé exactamente quién sos y cómo sos. No somos perfectos. Nuestros errores se combinan como piezas de un rompecabezas. Somos casi iguales, pero somos opuestos. Sé cómo pensás y conozco tus razones. No entiendo tus respuestas.
Hablame. Decime todo lo que sabés y lo que no. Hasta que ya no queden palabras por decir. Ahogaré tus explicaciones en mi silencio.
Llegó el momento de dejar las razones de lado, y ser libre. No hay nada más que probar. Podés elegir el camino que quieras. Ya no es necesario hablar, las palabras carecerán de sentido. Mirame y decidí. Si pudiera hacerlo todo de vuelta, no lo dudaría.
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