Encontré una carta que me escribiste cuando las cartas todavía eran populares. El otro día te vi en un restaurante al otro lado de la ciudad. Cuando te acercaste a saludarme busqué encontrar al chico que había cambiado mi vida. No me tomó mucho tiempo darme cuenta que era ese hombre parado frente a mí. Los años que pasaron no cambiaron tu mirada, ni tu forma de hablar, ni tu sonrisa.
Los días pasaron y los recuerdos fueron inundando mi mente. Me gustaría volver a esos días en los que hablábamos durante horas por teléfono. Me gustaría volver a vivir todos esos momentos que me hicieron quererte tanto. ¡Qué lindo hubiera sido si nunca te hubieras ido!
Fuiste mi mejor amigo, mi primer amor, tan único y especial que aún te busco en cada persona nueva que conozco. A veces parezco reconocer en los demás aquello que tanto amaba de vos, me hace sentirte más cerca, pero no es suficiente.
Te quiero en mi vida otra vez. Es donde debés estar, es donde deberías haberte quedado. Esta vez no voy a dejarte ir sin una palabra. Las palabras que no pude decir durante mucho tiempo tienen un significado con vos, se vuelven reales. Te quiero.
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