martes, 12 de abril de 2011

Seguir Adelante.

Después de años de "seguir adelante", tu fantasma al fin me encontró. Cuando se trata de vos, siempre hay algo que me hechiza. Sé que probablemente no signifique nada pero hoy te soñé.
Te soñé mil días después de todo. Caminabas detrás mío y decías mi nombre, entonces pensé "Recordás mi nombre". Supe entonces que, hasta ese momento, creía que ni eso recordarías. Me sorprendí al sentirme feliz.
No pude mirarte a los ojos pero lo sentía, habías cambiado, eras un hombre ahora y ya no había odio en tu mirada. Me acompañaste a casa y te invité a pasar. Todo había cambiado desde la última vez que habías estado acá. Era extraño sentirte amigo al fin. Podía hablar con vos. Por primera vez, estabas cerca de mí.
Sentí esperanza. No. Algo más que esperanza. Era certeza. Había llegado el momento que creía que ya no esperaba, aquel que había aprendido a aceptar que nunca llegaría. Me correspondías.
Pero me desperté. Y la realidad seguía siendo la misma. No estabas. Y de pronto me di cuenta de que habían pasado años sin pensar en vos, y años sin verte. Me di cuenta de que no sabía nada de vos, no sabía qué era de tu vida. Me di cuenta de que mi vida era totalmente distinta, yo era totalmente distinta.
Me sentí fuera de mí por un momento, como si fuera otra vez la persona que dejé atrás cuando te olvidé. O al menos cuando creía haberte olvidado. Tu recuerdo ya no duele. Pero todavía siento que me faltás vos. Viendo mi vida actual, no sé qué pasó conmigo... y todo lo que soñaba, todo lo que amaba. Nunca me había detenido a pensarlo. Esta no era la vida que imaginaba. Aunque sabía que sería así, nunca había enfrentado tan claramente la idea de que no eras parte de mi vida, junto con muchas otras cosas.
Te extrañé por un segundo. Pero, aunque quisiera saber dónde estás ahora, no voy a ni siquiera intentar saberlo. Hay una razón por la que estoy donde estoy.
Solía pensar que si de pronto decidieras quererme ya no me importaría. Pero si "recordás mi nombre" todavía, si me vieras, ahora sé que sí me importaría. Porque me engañé durante mucho tiempo, para borrar el dolor y la soledad, ahora sé que se mantuvo la esperanza en mí. La fe en que algún día vuelvas a mí. La fe en que podés amarme como yo te amé, y que entonces estemos juntos como siempre soñé, como siempre sentí que debía ser.

1 comentario: