miércoles, 27 de marzo de 2013

Ruthless.

Mi amor. Todas las personas que amé. Escuché por ahí decir que no saber lo que uno siente es distinto a no sentir nada. Yo no sé lo que siento, pero sé que siento algo.
Principalmente, extraño. Extraño personas que alejé por miedo, por inseguridades. A veces me hace odiarme un poco cuando recuerdo la forma en que te dije que no quería que me hablaras nunca más... Como si fuera algo insignificante, y me di cuenta de lo que estaba haciendo, "nunca más" es mucho tiempo. Me arrepentí en el mismo momento que te lo dije, pero disfruté el tiempo que necesitaba para olvidarme de ciertas cosas. Hoy te extraño. Hace un tiempo me di cuenta que eras distinto a todos los demás. Me encantaba mirarte, hablar con vos, estar con vos. Me viste cuando nadie más me vio, me diste cosas que nadie más me dio. Eras demasiado para mí, no sabía cómo estar con vos, pero había encontrado una forma.
De pronto un día me enfrentaste con la verdad que había tratado de ocultar. Me dijiste que no tenía que tener miedo, y luego una frase tuya que me quedó grabada en la piel. "Tal vez puedas amarme locamente". Quise preguntarte por qué dirías algo así. Si sabías que era una posibilidad, te interesaba ver si eso era lo que pasaba? Querías que te amara? Entonces pasó, debo confesar que lo hice a propósito, todavía no sé por qué. Te lastimé. Fue sutil, casi casual, pero sabía que lo estaba haciendo y no me importó. Me di cuenta, en ese momento, tenía que alejarme, o alejarte. Sabía que lo haría de nuevo y no era eso lo que quería.
Meses después me dijiste que había cambiado y me preguntaste si prefería que fuésemos extraños otra vez. Otra vez ese acto casi despiadado, contener la respiración un momento y luego simplemente decir que sí. Me preguntaste por qué y te di una razón estúpida, la única que tenía en ese momento. Había millones de cosas en mi cabeza, y al no poder lidiar con todas empecé a cerrar puertas. Eras demasiado para mí, no sabía cómo decirte que estaba simplemente confundida, que la negación se había convertido en mi mejor amiga, que lo único que necesitaba era tiempo.
Cumpliste con lo que te pedí. Lo llamaste mi deseo. Estaba equivocada. Si te volviera a encontrar, no podría ni mirarte, pero te extraño.

No hay comentarios:

Publicar un comentario